El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurobiológico que se manifiesta en la infancia y, a menudo, persiste en la adolescencia y la adultez. Se caracteriza por síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad que afectan el funcionamiento diario y el desarrollo académico, social y emocional de quienes lo padecen.
Diagnóstico y Evaluación
El diagnóstico de TDAH es un proceso complejo que requiere la evaluación detallada de un profesional de la salud, como un pediatra, un psicólogo o un psiquiatra. Este diagnóstico se basa en criterios específicos establecidos por manuales diagnósticos como el DSM-5. La evaluación incluye entrevistas con el paciente y sus familiares, cuestionarios y observaciones directas, así como la recopilación de información de los maestros y otros adultos que interactúan regularmente con el niño.
Intervenciones Terapéuticas
Terapia Conductual
La terapia conductual es una de las principales intervenciones para el TDAH. Esta terapia enseña a los niños habilidades específicas para manejar su comportamiento y mejorar su capacidad para prestar atención. Los padres y maestros también reciben capacitación para aprender estrategias que ayuden a reducir los comportamientos problemáticos y a reforzar los comportamientos deseados.
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)
La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es efectiva para adolescentes y adultos con TDAH. La TCC se centra en cambiar patrones de pensamiento negativos y desarrollar habilidades de afrontamiento para manejar los síntomas del TDAH. Esta terapia puede ayudar a mejorar la organización, el manejo del tiempo y la regulación emocional.
Apoyo Familiar
El TDAH no solo afecta al individuo, sino también a su familia. Los programas de entrenamiento para padres son esenciales para enseñarles estrategias efectivas para manejar los síntomas del TDAH en el hogar. Además, los grupos de apoyo pueden proporcionar a las familias un espacio para compartir experiencias y recibir apoyo emocional.